BENIGNO FERNÁNDEZ VEGA

20 de junio de 2013




Su hija Ana María Fernández Ruiz, me manda estas imágenes de su padre con el siguiente texto:

"Aquí te mando un par de fotos de una vez que estábamos de vacaciones en Mar del Tuyú, un lugar de playa antes de Mar del Plata y mucho más chico. Habíamos alquilado una casa a un amigo cuyos abuelos eran italianos y habían hecho esa casita para veranear. El abuelo era pescador (dado que provenía de un lugar de Italia donde vivían de la pesca) y tenía un cuartito en el fondo con todo tipo de elementos de pesca. El fondo tenía un médano y árboles. Tenía ramas caídas. Papá cortó un pedazo de tronco y luego, como "el espaciu faz cuyares, fezo una cuyar" para prepararle la comida al perro. Del lado del mango le dio forma de cilindro y decía que era para aplastarle les patates y otras cosas que le daba de comer. De dónde trajo esta costumbre o este saber? Ya sabes, de allí."


Lo que dice es cierto. Acostumbran a decir los de Caliao que "el espaciu (tiempo libre) faz cuyares", obviando que la Naturaleza también tiene que dotar a cada cual del talento necesario, y eso, desde que el hombre es hombre. El refrán presupone que solo se necesita tener tiempo para hacer cualquier cosa y no es del todo cierto. 
Hablando de "cuyares"también hay otro que dice "cuyar de pan, mentres dure", que viene a indicar que las cosas provisionales, ya se asume de antemano que tienen la vida corta. Creo que a todos los de mi generación y de las anteriores, cuando comíamos en el campo, por una u otra razón, llevamos al pie de la letra lo de comer con "una cuyar de pan", porque se habían olvidado en  casa las cucharas para comer.

En cualquier caso, ahí está Benigno "faciendo una cuyar de maera" y recordando de paso su patria chica.

MURUJA PIÑERA EN CALIAO

16 de junio de 2013

Maruja Piñera había estado en Caliao, creo que hace dos años. De hecho yo había hecho alguna foto y la había puesto en este lugar de encuentro.Las que siguen las encontré en casa de mi madre por casualidad. El lugar es la casa de Joaqui Alonso Aladro  y estas fotos casi con toda seguridad las hizo su hijo Fernando. Como quiera que sea , me gustan mucho. Ya era consciente entonces -ahora lo soy mucho más- que tenían tanto de encuentro como de despedida ¡Y eso es muy duro!


Me parece admirable que después de un paréntesis tan largo como puede ser una vida separados sepan retomar sus vivencias  de la infancia con la misma nitidez que si hubieran ocurrido ayer por la tarde. Esta foto, por dentro y por fuera, podría titularse "Detrás de un horizonte de manzanas" porque entiendo que desnuda el alma. En este momento están en su burbuja, hablando de sus cosas. Son Celia Cabeza Calvo, Maruja Piñera Aladro, con sus primos Salvador y Nicanor Aladro Poli. Me parece emocionante y emotivo que estén juntas personas de tanta edad y que tengan cosas qué decirse. Maruja, después de hacer su vida en Bs. As. Los demás después de haberla vivido en Caliao. Uno lo piensa, comienza a echar las cuentas y se da cuenta que el grupo atesora un itinerario vital que sumando la edad de todos, sobrepasa los 440 años, y le da vértigo.
Me encuentro a gusto con mio tiu Salvaor, tan dueño de sus silencios, sin sentirme incómodo, preguntándole cosas cuya respuesta conozco, por el puro placer de escuchar su voz. Claro que para los cercanos, en estas fotos dice mucho más lo no escrito que lo escrito, porque es imposible dejar de verlas con el corazón.

Aquí aparece mi madre en la misma escena, Celia escuchando lo que dice, Maruja Piñera, que aparece tapada, mio tiu Salvaor y mi padre de espaldas. Al fondo, como en otra dimensión, yo mismo, Fernando Torre, Joaqui Alonso y Amor Aladro.

Los mismos personajes. La luz sepia, añade intimidad al encuentro. Parece que es un color para pintar los sentimientos.Uno no puede dejar de recordar los versos de Alfonso Camín otro emigrante asturiano universal. Lo dice bien a las claras en el soneto titulado:                                           “Retorno a la tierra” 

Cuando retorno a la quintana, pienso
en lo que fuí y en lo que soy; recorro
la altiva cumbre, el farallón inmenso,
el peñascal de donde salta el chorro
fuerte del manantial. El humo denso
del horno familiar. El abejorro
en los castaños. El maíz suspenso
de la panera en la heredad. El corro
de mozas en el baile y en la fuente,
el roble hermano que al terrón se aferra,
y me interrogo inexorablemente
si soy el roble con el viento en guerra,
¿cómo viví con la raíz ausente?
¿cómo se puede florecer sin tierra?

Fuente: Fernando Torre Alonso, Ferchi

PIEDRAS

11 de junio de 2013

Siempre me sentí atraído por la piedra, con igual fuerza por una obra de cantería anónima y menor que por la de autor, digamos de una catedral. Disfruto viendo un lienzo hermoso de caliza, absolutamente bien trabajado, como es el del caso que nos ocupa. Admiro la maestría del cantero, y digo "maestría "en sentido gremial, medieval, como el más alto grado que se podía alcanzar en una profesión. Por eso me gusta tanto la palabra "maestro", que lleva implícita toda esa carga de dominio profesional, tan denostada por otra parte en la actualidad por más que aún conserve su significado primigenio en el mundo taurino y en el de las bellas artes.Sin salirme del muro de la imagen, (los de Caliao decimos "muria", en femenino), tan bien trabajado sin buscar nada fuera de lo natural: piedra y barro y con unos medios tan escasos: un "martiellu", "un futrón" y un cordel,(para un dintel también usaban la maceta y el "punteru", pero no es el caso),  me parece un trabajo admirable.Darse una vuelta por Caliao es sentir cercana esa fuerza anónima del trabajo bien hecho, de lo singular; es sentir el talento a flor de piel en cualquier esquina, es seguir creyendo en la fuerza creadora del hombre como motor de cambio del mundo...y lo digo ahora, cuando cualquier telediario únicamente habla de una timba de ladrones.

LA PRIMAVERA BAJANDO DEL TEJADO

10 de junio de 2013

Cuando llega la primavera, en Caliao revienta la vida por todos los rincones de modo que los lugares más insospechados se convierten en la cuna de una flor. Un muro, un tronco de una cepa madre de castaño se viste de musgo, se pone su abrigo verde envolviendo de matices todo cuanto le rodea. Tampoco los tejados son ajenos a este empuje de la vida por ser eso, vida.


Cualquier detalle constituye por si mismo un estímulo para la vista.


 Un motivo para dar rienda suelta a los sentidos... Lo sencillo, lo natural nos llama...
 

Como si lo que se ofrece a nuestros ojos pidiendo protagonismo en su pequeñez, solo pudiera pertenecer a los paisajes mágicos de los cuentos infantiles.

 La primavera parece querer bajar de los tejados, al igual que la niebla baja de la montaña.

CENANDO EN LA FELGUERINA (II)

9 de junio de 2013

El sitio para cenar es el "chigre de les antigües escueles", un chigre de losq ue se empeñan en hacer honor a su nombre, sencillo, acogedor, pensado para la tertulia y el disfrute. Es el único de La Felguerina, felizmente regentado por Pilarina y Jamín, capaces de hacer en un santiamén, una tortilla, unes fayueles (frisuelos) o unas patatas fritas acompañando a cualquier cosa de manera sublime.Esto es, un manjar de una cosa tan sencilla. Eso sí lo hacen por encargo, ex profeso para los que se sientan a la mesa, al momento, como en los grandes restaurantes de nuestros mejores chefs.

Empezando por la izquierda, Ángel Sancha, Arturo Aladro, Rubén Martínez, su hija Alba, Emilio y Mari Carmen Gonzalo Calvo.


Arturo, Ángel, José Luis Gonzalo y Óscar Aladro Calvo, de Brañafría.  En la barra vemos a Gabriel Sánchez (el de Inocencio) y a Pilarina Traviesas Calvo (la hija de Rosa y Toribio, de Brañafría).


Un buen asado no admite pausas. Se debe comer caliente. Por tanto es de aplicación obligada el viejo refrán: "Oveya que berra, bocáu que pierde".
De izquierda a derecha, Mari Carmen y Emilio Gonzalo, Alba con Rubén, su padre; Arturo, Ángel Sancha, José Luis Gonzalo y Óscar Aladro.

Quien esto escribe, con Alba Martínez, una niña a la que quiero un montón, por muchas razones que no vienen al caso.

CENANDO EN LA FELGUERINA (I)

Cuando voy a La Felguerina, ni me resulta ajeno el paisaje ni la gente. Más bien al contrario. Lo primero es saludar a mis amistades,  entre las que me encuentro tan a gusto y tan bien tratado. Por lo tanto, para mí, ir a La Felguerina es una garantía para "estar en mi salsa" y pasarlo bien. El motivo viene a quedar en segundo plano. Esta vez fue para cenar y sucedió el 1 de junio de 2.013.


El asaor, Jamín, que es todo en experto, sin darse demasiada importancia. La parrilla creo que era una plegable de Rubén.


Lo demás, lo de siempre: buena carne, buena compañia y la certeza de pasar un rato agradable. En la imagen, Arturo Aladro, Emilio Gonzalo y Jamín .


Ángel  Sancha Calvo (el nieto de Lola y Constante) escanciando unos "culetes" de sidra para ir alternando un poco mientras se hacía la carne. Esto es, "en sin priesa", como acostumbramos a decir los de Caliao.

Los mismos personajes a los que se añade Rubén Martínez Miguel, el de Álvaro y María Luisa. Estamos delante de la casa de "so güelu" Vitorio.

UNA MIRADA, DOS TIEMPOS ( 1999-2013 )

3 de junio de 2013

La mirada es la misma, con los mismos ojos, cambian los tiempos. La "envanada de nieve" que cae en el Monte Isornu confiere al conjunto unas connotaciones de letargo y de sueño. 
Han pasado catorce años largos, pero podrían haber sido muchos más, porque la quintana permaneció desarmada, dormida, viendo pasar el tiempo; aguantando con la misma indiferencia la nieve de enero que el sol de agosto. La imagen que da pie a este comentario, cuaja un momento de marzo de 1999, mientras que las otras lo hacen con otro de junio de 2013.No se ha querido quitar nada, porque la obra aún está inacabada, por más que se le adivina la intención.


Tierra del Agua es un complejo turístico que cambia la piel de una parte de Caliao. Espero que lo haga sin olvidarse de la raíz de lo que siempre fue, que al fin y al cabo es lo que le da sentido, lo que vertebra todas las miradas. De la misma manera espero que quien se acerque a Tierra del Agua, lo haga desde el respeto -yo lo hago con admiración- a una manera de vivir y de sentir, a un paisaje y a unas gentes que se dejaron la piel y el alma intentando modificarlo, integrándolo en su vida sin dejar de formar parte del mismo. Tal vez quien venga, encuentre en ello alguna enseñanza, algún destello de belleza para guardar en la retina o algún momento digno de ser recordado.